Los jugadores deben colocar sus fichas en las áreas de la mesa que representan el tipo de apuesta que quieren hacer. Después de hacer todas las apuestas, el repartidor sacude tres dados en un cofre. Luego, los jugadores ganarán o perderán, dependiendo de si sus predicciones se volvieron verdaderas o falsas. La versión en línea no es diferente, excepto que (por supuesto), en lugar de un distribuidor, los jugadores recibirán sus resultados mediante un software de generador de números aleatorios (RNG). A menos que estén jugando en vivo con Sic Bo, en cuyo caso un crupier humano hará el trabajo de tirar los dados a su audiencia remota y en línea de jugadores.
La lógica del juego es sencilla, ya que es muy similar a la ruleta; en ambos juegos, los jugadores ponen sus apuestas en la mesa y esperan que el crupier (o el software, para las versiones en línea no en vivo) ofrezcan un resultado de pura casualidad. Las diferencias están, lógicamente, en la física del juego (es decir, bola y rueda contra dados) y el tipo de apuestas presentadas en la mesa, que son muy diferentes. Aun así, al igual que en la ruleta, los jugadores de Sic Bo pueden apostar por apuestas conservadoras, de bajo riesgo y de baja remuneración, o por apuestas altas, con posibilidades mínimas pero con pagos más altos. Cada jugador decidirá de acuerdo a su perfil, su presupuesto o su sentimiento.